Este tomo incluye los números 1 al 6 de la edición norteamericana de Kurt Busiek´s Astro City, con fecha de 1999. El guión es de Kurt Busiek, el dibujo de Brent E. Anderson y el color corre a cargo de Steve Buccelato y Electric Crayon. Los dibujos de las portadas son de Alex Ross. Unas 144 paginas de buen comic.
Se trata de un comic de superhéroes, pero enfocado desde otro punto de vista. Tampoco se trata de desmitificar a este tipo de personajes, puesto que como dijo el señor Busiek, eso ya lo han hecho otros con muy buen acierto. Aquí de lo que se trata es de profundizar un poco más en el día a día de una ciudad con gente que vive con otros que tienen superpoderes.
Son seis capítulos, auto conclusivos, y nos relatan las hazañas de los héroes, o de los ciudadanos de a pie.
En el primero vemos como el héroe del lugar, Samaritano, tiene una apretadísima agenda diaria. Y es un no parar, entre rescates, salvamentos, enfrentamientos, etc. Y eso sin dejar de lado el trabajo que desempeña en su identidad de civil.
En el segundo vemos como un reportero escucha atentamente la historia de su actual jefe, el cual le comenta lo que era el periodismo a finales de los años 50. Como también en aquellos días había héroes, y se enfrentaban a diario con villanos de todo tipo. De cómo Agente de Plata junto a la Guardia de Honor, con la inestimable participación del desaparecido Viejo Soldado, se enfrentaban contra una horda de Hombres Tiburon en una dimensión paralela. Y una noticia sin un buen respaldo, no es publicable, por lo que hay que llevar pruebas.
En la tercera, vemos como un maleante, por accidente y después de cometer un robo, ve la cara real de un héroe, Jack Caja de Sorpresas. Y después de esto, este pobre hombre no podrá vivir tranquilo en los días sucesivos. Piensa si debe decírselo al jefe de los negocios sucios, o directamente pedir chantaje. Y siempre pensando en que el héroe le descubrió y va detrás de él. Un estrés para el ladrón.
El cuarto es, para mí, el mejor de los seis. Una mujer que vive en Colina Sombría, un barrio de Astro City, trabaja en el barrio central. El contraste entre su barrio, un lugar oscuro, donde anidan monstruos, vampiros y fantasmas, contrasta con el bullicioso, iluminado y lleno de héroes del barrio central de Astro City. El ataque de la Alianza Impía en el edificio donde ella trabaja, desencadena una serie de ideas que ya la rondaban por la cabeza. Gracias a una de las trabajadoras, que sale con un héroe, son avisados a tiempo los héroes de la Primera Familia. Y es que la pobre mujer tiene protecciones y sabe las reglas de los seres que habitan su barrio, pero contra los de otros barrios ella esta insegura. Muy bueno.
En el penúltimo capitulo, vemos a héroes como los Irregulares de Astro City luchando contra un robot enorme, o a Fanfarrón ayudando a otros héroes. Y todo esto registrado por un anciano, que más tarde se descubrirá como alguien que odia y a la vez se siente intrigado, por la humanidad.
En el último asistimos a una cita entre el héroe y heroína por excelencia de Astro City, Samaritano y Victoria Alada (más o menos Superman y Wonder Woman). Mientras ellos cenan, los demás héroes hacen su labor más la de los dos protagonistas, para que estos tengan una cita como es debido. Pero cuando dos héroes se ponen a hablar de sus cosas, descubren que no tienen tanto en común como en un principio podría parecer.
En definitiva, que es un recopilatorio de buenas historias, donde se deja a un lado el hecho en si de luchar, por el de ver como es la vida de los héroes y de los ciudadanos entre pelea y pelea.
Unos muy buenos dibujos, con gran detalle, donde se nos muestran muy bien los gestos de cada uno de los personajes, acompañados de una buena narración, ayudando así a saber que sienten cada uno de ellos.
Los dibujos de Alex Ross para las portadas son geniales. Y suerte que solo dibuja las portadas, porque el fallo que veo yo en este dibujante es que su arte carece del movimiento necesario para narrar una historia visual en un comic.
Con este comic, Kurt Busiek se supera. Un gran guionista de comic, si señor.
