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sábado, 13 de marzo de 2010

EL MUNDO NECESITA A LOS CAMPEONES



Es el tomo número 9 de Selecciones Marvel, y contiene los números 11, 12, 13, 14,15 y 16 de The Champions y el número 14 de Super Villain Team-Up. Editado originalmente en el año 1976 (esos 70´s sicodélicos). El guión de los 7 números es de Bill Mantlo, el dibujo es de John Byrne y Bob Hall (este último dibuja el numero 16 de The Champions y el 14 de Super Villain Team-Up).

Y aquí tenemos a uno de los grupos más raros de la historia de Marvel. El grupo es fundado por dos mutantes (Ángel y el Hombre de Hielo), los cuales fueron también miembros fundadores de la famosa Patrulla-X. Después de la asociación con este extraño grupo, se unirían a otro más o menos igual de raro, los Nuevos Defensores. Así que eso, dos mutantes no aceptados por la sociedad, uno con alas y capaz de volar, y el otro una fabrica de hielo ambulante (y con problemas de hormonas, que no se enfrían ni utilizando su poder al máximo).
Tenemos también a un semidios, romano encima. Se trata de Hércules. El León del Olimpo, como le gusta que le llamen, es un amante de la juerga y la lucha. No concibe mejor manera de pasar el tiempo con unos amigos, que con la alegría del combate. Y tiene fuerza suficiente para arrasar una ciudad. Cualquiera se hace amigo suyo. Este luchador empedernido, viene de uno de los grupos más famosos de los cómics, los Vengadores, y como con ellos no tenía suficiente fiesta, pues se une a estos.
El más raro de todos estos héroes es el Motorista Fantasma. A Johnny Blaze le poseyó un demonio, y cuando hay peligro se transforma en un ser con forma de calavera llameante, con moto a juego. Se queja de que le tratan con recelo, pero no es para menos. Sobretodo por que con su “fuego infernal” puede helarte el alma.
Y por último, tenemos a la intrépida líder, la Viuda Negra. Esta ex espía rusa, que se unió también a los poderosos Vengadores (con más pena que gloria), decidió fundar este rocambolesco grupo de héroes inadaptados, para residir en Los Angeles (no es tonta, no). Sus dotes atléticas sumadas a su ingenio estratega, los salva de más de un apuro, aunque también es cierto que casi ninguno acepta las ordenes de buen grado. Si eso no es estrés, que venga Dios y lo vea.
La primera aventura que tienen en este tomo es un tanto surrealista. Se enfrentan nada más y nada menos que a una raza alienígena llamadas Las Sombras, y su líder es el Comandante Kaa. Son espectros con sustancia de sombras que poseen a los humanos al tocar las sombras de estos. Al principio se les enfrenta el Motorista Fantasma y dos Vengadores en reserva (esto es que no están en activo, o pasando unas vacaciones); son Dos Pistolas Kid (un vaquero que vino del pasado. Si, es cierto), y Ojo de Halcón, uno de los héroes más cabezones que existen (por eso me cae tan bien). Pero entre los tres no pueden con todos los malos, por lo que acuden el resto de los Campeones, junto a Estrella Oscura, otra rusa desertora que se les ha unido. Al final logran desbaratar la invasión.
En la segunda aventura, se tienen que enfrentar a Zancudo, un villano venido a menos, y que aunque parezca que dura, no aguanta más de un asalto con cualquier héroe que se precie. Ojo de Halcón y Dos Pistolas Kid no intervienen, pero si Goliat Negro (toma nombre), que con un suero de crecimiento aumenta de tamaño y fuerza. Zancudo persigue una caja encontrada en una edificio del millonario Stark (alias Iron Man), que en realidad pertenece a un ser de otro planeta, llamado el Extraño, que también lo anda buscando. Cuando Extraño lo encuentra y se lo quiere llevar, pues nada, a liarse a tortas con los héroes, mientras que Goliat Negro se las apaña con Zancudo. Y cuando se quieren dar cuenta, la caja ha crecido varios metros. Y es que se trata de una de esas bombas que pueden destruir el universo, que tantas historias nos han aportado desde hace años. Para desactivarla envían a los héroes al mundo de Kamo Tharn (un ciego con un báculo muy poderoso que salio en un número de Thor). Pero después de luchar contra el, descubren que el arma no esta allí. Al final vuelven a la Tierra, lo encuentran y logran que la bomba pierda su efectividad.
Después de esto, luchan contra Enjambre, y toda una colonia inmensa de abejas asesinas. Son dos episodios que a los que les tienen pánico a estos bichos, nos hace mirar por la ventana por si aparecen. Liquidada la abeja reina, liquidado el ejercito.

Los dos últimos episodios, son un cruce entre colecciones. Estaba de moda la colección Super Villain Team-Up, que tenia la pretensión de contar las historias vividas por los enemigos, y sus uniones, y hacer cruces con las colecciones. Sobre todo, las que caian en manos de un mismo guionista.
Y en este caso, Magneto y el Doctor Muerte deciden combatir para repartirse un mundo que, según Muerte, ya tiene controlado a través de un gas que soltó. Y así es, puesto que cuando el amo del magnetismo entra en la mansión de los Vengadores, los ve sumisos ante un holograma de Muerte (y son nada más y nada menos que Iron Man, Bruja Escarlata, Bestia, Visión, Hombre Maravilla, Chaqueta Amarilla, Capitán America, Thor y la Avispa). Combaten contra el mutante Magneto, y al final Muerte le ofrece llevarse a uno para que le ayude. Y en vez de elegir a alguien como Thor, se decanta por el también mutante Bestia. Y juntos van a ver a los Campeones, y les reciben de igual manera, luchando. Menos el Motorista Fantasma, que con esa apariencia demoníaca no necesita respirar (y lo que me pregunto yo es, ¿y la Visión, que tampoco respira, por que si esta controlado?). El caso es que cuando Muerte llega a hablar con el presidente de los Estados Unidos, y trae a Hulk para apoyarle, es combatido por los Campeones de nuevo. Aquí no se puede disfrutar mucho de la pelea entre Hércules y Hulk, por problemas de espacio, creo yo, porque si no hubiera quedado mucho mejor la historia. Todo se arregla cuando el Motorista Fantasma le echa fuego en la mascara de Muerte, y este al quitársela queda también doblegado por su voluntad, pero al intentar ordenarse algo se bloquea (si, es raro, pero esa es la explicación que se da).
En definitiva, que aunque no es un cómic para rasgarse las vestiduras, es entretenido y no esta de más el ver uno de los mejores momentos artísticos de esta coleccion (el dibujo de Byrne es muy correcto), y echar la vista atrás, a unos años 70, en los que la imaginación daba para mucho.

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